Tras la publicación oficial del Real Decreto 1887/2011 de 30 de diciembre, por el que se modifica, entre otras, la estructura del Ministerio de Justicia, desde el Sindicato de Secretarios Judiciales (SISEJ) queremos expresar públicamente nuestra preocupación por la supresión de la Dirección General de Modernización de la Justicia, órgano encargado hasta ahora del impulso del proceso de reforma de la administración de justicia en que se halla inmerso nuestro país, y que comprende proyectos tales como la coordinación e implantación de la Oficina Judicial y de la Oficina Fiscal.
Asimismo, la Dirección General de Modernización ostentaba, además, una doble responsabilidad, teniendo su titular la condición de Secretario General de la Administración de Justicia, máximo órgano jerárquico del Cuerpo de Secretarios Judiciales.
Desde el Sindicato de Secretarios Judiciales (SISEJ), queremos poner de manifiesto que la modernización de la Administración de Justicia compete al poder ejecutivo, al Ministerio de Justicia y Comunidades Autónomas con competencias transferidas, y por ello esperamos que, dentro de este ámbito competencial, la supresión de la Dirección General de Modernización no suponga una paralización o afecte negativamente al proceso modernizador.
La ciudadanía sigue teniendo derecho a una justicia reformada y moderna, y creemos que la mejora y modernización de este servicio público debe ser prioritaria para el nuevo Gobierno. Todos los operadores jurídicos, cualquiera que sea nuestra posición pública, sabemos perfectamente que tal modernización no es una simple cuestión de «más medios», sino de sustitución de estructuras anticuadas por otras que obedezcan a principios de homogeneidad, eficacia y especialización, como ocurre en otras Administraciones desde hace años.
Desde el SISEJ, por todo ello, queremos instar al Ministerio de Justicia a que continúe ejerciendo en este ámbito, durante el año que ahora se inicia, un liderazgo que estimamos indispensable para afrontar una reforma que la ciudadanía lleva esperando demasiado tiempo.
